gor
Ancient Mariner
El álbum se puede catalogar de muchas maneras, pero si algún adjetivo lo califica bien es arriesgado.
“A Matter Of Life And Death” es en general complejo, lento a la par que épico, con canciones muy largas y muchos pasajes instrumentales, generalmente de corte progresivo, que resultaran interesantes a los más melómanos, pero que pueden resultar excesivos e incluso aburridos a la postre para aquellos que busquen el riff y la potencia.
La nueva entrega de la Doncella es continuista respecto a “Dance Of Death” (aunque lleva el nuevo sonido un gran paso más allá) de producción parecida a “Brave New World”, muy kevinshirliana, y con pocos atisbos, sino ninguno, de la producción a-la-Martin Birch. En términos generales los momentos más movidos y acelerados del álbum tienen un aire a lo “Brave New World”, aunque sus instantes instrumentales y ambientales siguen la estela (y van mucho más allá) de “Dance Of Death”, sobretodo de sus cortes más teatro-épico-experimentales como “Paschendale”, referente principal y más cercano a este nuevo “A Matter Of Life And Death”.
Para entendernos, no es un disco que vaya a satisfacer a aquellos que reclaman una vuelta atrás en el sonido del grupo, un guiño a las composiciones rápidas y directas. El único ejemplo de hit easy-listening es “Different Worlds” (y quizás “The Pilgrim”), que apuntaba a ser escogido primer single, aunque finalmente “The Reincarnation of Benjamin Breeg” parece que será la abanderada del álbum (a la espera de confirmación oficial por parte de EMI). Tan pronto recibamos la información definitiva de la discográfica en lo referente al single seleccionado os lo haremos saber.
“A Matter Of Life And Death” convencerá a pocos a la primera escucha, incluso puede hacerse pesado a la postre, pero tiene muy buenas canciones que dejándolas madurar pueden acabar por gustar a propios y extraños. Utiliza muy habitualmente la fórmula intro-pasaje lento-estrofa a medio tiempo-estribillo rápido-pasaje instrumental largo y lento-estribillo rápido-pasaje lento-outro, pero si se escucha con atención tiene muchos tesoros escondidos. Eso sí, despojándome por un instante de mi carcasa de fan incondicional de Maiden, me aventuro a decir que posiblemente muchos pierdan la paciencia antes del último corte.
IRON MAIDEN han sido capaces de sorprenderme como no esperaba que fueran capaces de hacerlo con los 72 minutos de “A Matter Of Life And Death”, no solo por sus composiciones (en el álbum encontramos incluso una balada con guitarras acústicas, en la onda “Journeyman”, que recuerda a la música que hacían los trovadores) sino por la voz de Bruce Dickinson, inconmensurable y experimentando en muchos aspectos con su voz, sorprendiendo por su suavidad y delicados tonos. Precisamente es en las canciones en las que él ha participado en la composición donde más juega con sus cuerdas y donde sus detalles musicales se notan más que nunca. La sombra de Bruce es alargada, y su protagonismo es muy patente en “A Matter Of Life And Death”.
Otro detalle a tener en cuenta es la gran presencia de teclados, usados tanto en los momentos más atmosféricos como de acompañamiento en ciertos estribillos. También curioso (y una lástima a mi entender) es ver como esta vez Dave Murray únicamente ha participado en la composición de uno de los mejores temas del álbum, sino el mejor, “The Reincarnation Of Benjamin Breeg”. También resulta interesante constatar que el único tema que ha compuesto es susceptible de haber sido escogido como single, a mi entender muy acertadamente, y de ahí mi petición de más dosis de Murray en futuras entregas (que seguro las habrá).
Si el grupo liderado por Steve Harris puso un pie en charcas progresivas con “Dance Of Death”, en “A Matter Of Life And Death” se mete de lleno en el agua. Sin duda este álbum es tan arriesgado como su título marca, una cuestión de vida o muerte. Será odiado o venerado, pocas opciones veo al término medio o a la indiferencia, en un álbum recomendable para los muy fans de la banda, que hayan seguido su evolución desde el inicio y no renieguen de “Dance Of Death” (o en general de su sonido post-Birch). Yo me apunto ya mismo a la veneración, a la que gustosamente acudiré una vez salga de mi asombro en futuras escuchas.
En cuanto a los temas, de momento no podemos comentar más que cuatro canciones al detalle (por eso no he citado prácticamente títulos en esta pre-crónica del álbum). Ahí van las elegidas:
“Different Worlds”: Realmente es un mundo diferente del resto del disco, es la llave de entrada a un álbum al que casi no representa. El motivo de su elección como canción de apertura (y uno de los nominados a ser primer single) es claro, pues es el tema más corto de “A Matter Of Life And Death”, con poco más de cuatro minutos, y el que lo abre de manera más fresca y más accesible al oyente tanto habitual como neófito. También es el que más sencillamente puede sonar en emisoras de radio. Hit rápido, de riffs potentes y guitarras dobladas características, “Different Worlds” tiene un sonido y estilo similar al que podríamos encontrar en las canciones más movidas de “Brave New World”. De hecho tanto estructura como estribillo recuerdan mucho a la canción que le daba título. Como curiosidad presenta un estribillo un poco “happy”, no muy común en la doncella, que contrasta con la sobriedad de gran parte del álbum. Atención a la actuación de Bruce Dickinson a la voz, inmenso.
“The Longest Day”: Épica, como la mayoría del álbum, rememora el desembarco de Normandía (por lo que me pareció desprender la letra, hablando de playa y sangre). Empieza con el típico sonido de guitarras cabalgantes de Maiden, que junto a un bajo repetitivo y envuelto de un cautivado aire atmosférico bien recuerda los momentos de tensión previos al ataque. El desembarco parece hacerse efectivo en un estribillo pegadizo, que seguro será muy cantado en directo, donde Bruce Dickinson vuelve a estar insuperable. Como es de rigor en todo el álbum, el tema vuelve a dar cabida a un largo instante instrumental, de toques progresivos y corte melódico. Canción a medio tiempo y majestuosa.
“Out Of The Shadows”: Sin lugar a dudas la canción de Iron Maiden en la que más se nota la influencia de Bruce Dickinson. No en balde él es el principal compositor del tema. Engaña al inicio, pues promete ser muy potente a riffazo limpio, pero acaba derivando en una balada, donde volvemos a descubrir a un Dickinson de registros inéditos, como mínimo en un álbum de la bestia. Contento y orgulloso se debe sentir Bruce de haber podido colar en el disco un tema más en la estela de su trabajo en solitario que en lo que se espera de un disco de Maiden. Similar, muy similar a “Tears Of The Dragon”. También se nota su carácter más experimental, demostrando gran originalidad y de nuevo volviendo a sorprender en juegos de guitarras que nunca habíamos escuchado al triplete actual (ni a los duetos anteriores), impresionantes como trasfondo en el estribillo final del tema.
“The Reincarnation Of Benjamin Breeg”: Acertado (casi con toda seguridad, a la espera de confirmación oficial de EMI) primer single del álbum, quecomo he comentado anteriormente es el único tema en el que Dave Murray ha participado en la composición. Con uno de los inicios más atmosféricos y lentos de la historia del grupo, “The Reincarnation Of Benjamin Bregg” es una contraposición de lo más oscuro e incluso decadente del grupo con los riffs más contundentes del álbum. Es este contraste el que le da magia a un tema de coros perfectos, sensibles y que ponen el pelo de punta. Un tema que destaca por la ambientación lograda, un excepcional viaje musical, capitaneado por el piloto Bruce Dickinson y sus experimentos a la voz. Imaginaros una montaña rusa de subidas y bajadas espectaculares, que en sus tramos medios pasa por un oscuro túnel descendiendo la velocidad hasta casi frenar, para pasar de 0 a 100 de nuevo al ver la luz. Esa sería una metáfora acertada para definir “The Reincarnation Of Benjamin Breeg”. En sus más de 7 minutos también hay lugar para los medios tiempos, para los riffs “a caballo”, y para el disfrute de las guitarras dobladas marca de la casa en los interludios instrumentales.
En una crítica posterior completaré la crónica con los temas restantes. Aunque el álbum merece más de una escucha para su asimilación, mi primera impresión es muy positiva, alentadora y aún sigo sorprendido por el riesgo que la banda ha decidido tomar. Eso sí, el que subscribe es el socio No. 14829 del Iron Maiden Fan Club.
Tras la escucha del álbum empezaron a llegar (con la calma) sus protagonistas a la casa, quienes se situaron en grupos en las distintas estancias del piso superior. Los grupos de entrevistados fueron, y como no podía ser de otra manera: Bruce Dickinson solo, Steve Harris solo, Dave Murray y Adrian Smith juntos y para acabar la pareja Janick Gers/Nicko McBrain. Un servidor tuvo el gusto, placer y privilegio de entrevistar a Steve Harris por un lado y a Dave y Adrian por otro.
El contenido de dichas entrevistas, las podremos publicar el 1 de Agosto. Hasta entonces, Up The Irons!
Hèctor Prat
“A Matter Of Life And Death” es en general complejo, lento a la par que épico, con canciones muy largas y muchos pasajes instrumentales, generalmente de corte progresivo, que resultaran interesantes a los más melómanos, pero que pueden resultar excesivos e incluso aburridos a la postre para aquellos que busquen el riff y la potencia.
La nueva entrega de la Doncella es continuista respecto a “Dance Of Death” (aunque lleva el nuevo sonido un gran paso más allá) de producción parecida a “Brave New World”, muy kevinshirliana, y con pocos atisbos, sino ninguno, de la producción a-la-Martin Birch. En términos generales los momentos más movidos y acelerados del álbum tienen un aire a lo “Brave New World”, aunque sus instantes instrumentales y ambientales siguen la estela (y van mucho más allá) de “Dance Of Death”, sobretodo de sus cortes más teatro-épico-experimentales como “Paschendale”, referente principal y más cercano a este nuevo “A Matter Of Life And Death”.
Para entendernos, no es un disco que vaya a satisfacer a aquellos que reclaman una vuelta atrás en el sonido del grupo, un guiño a las composiciones rápidas y directas. El único ejemplo de hit easy-listening es “Different Worlds” (y quizás “The Pilgrim”), que apuntaba a ser escogido primer single, aunque finalmente “The Reincarnation of Benjamin Breeg” parece que será la abanderada del álbum (a la espera de confirmación oficial por parte de EMI). Tan pronto recibamos la información definitiva de la discográfica en lo referente al single seleccionado os lo haremos saber.
“A Matter Of Life And Death” convencerá a pocos a la primera escucha, incluso puede hacerse pesado a la postre, pero tiene muy buenas canciones que dejándolas madurar pueden acabar por gustar a propios y extraños. Utiliza muy habitualmente la fórmula intro-pasaje lento-estrofa a medio tiempo-estribillo rápido-pasaje instrumental largo y lento-estribillo rápido-pasaje lento-outro, pero si se escucha con atención tiene muchos tesoros escondidos. Eso sí, despojándome por un instante de mi carcasa de fan incondicional de Maiden, me aventuro a decir que posiblemente muchos pierdan la paciencia antes del último corte.
IRON MAIDEN han sido capaces de sorprenderme como no esperaba que fueran capaces de hacerlo con los 72 minutos de “A Matter Of Life And Death”, no solo por sus composiciones (en el álbum encontramos incluso una balada con guitarras acústicas, en la onda “Journeyman”, que recuerda a la música que hacían los trovadores) sino por la voz de Bruce Dickinson, inconmensurable y experimentando en muchos aspectos con su voz, sorprendiendo por su suavidad y delicados tonos. Precisamente es en las canciones en las que él ha participado en la composición donde más juega con sus cuerdas y donde sus detalles musicales se notan más que nunca. La sombra de Bruce es alargada, y su protagonismo es muy patente en “A Matter Of Life And Death”.
Otro detalle a tener en cuenta es la gran presencia de teclados, usados tanto en los momentos más atmosféricos como de acompañamiento en ciertos estribillos. También curioso (y una lástima a mi entender) es ver como esta vez Dave Murray únicamente ha participado en la composición de uno de los mejores temas del álbum, sino el mejor, “The Reincarnation Of Benjamin Breeg”. También resulta interesante constatar que el único tema que ha compuesto es susceptible de haber sido escogido como single, a mi entender muy acertadamente, y de ahí mi petición de más dosis de Murray en futuras entregas (que seguro las habrá).
Si el grupo liderado por Steve Harris puso un pie en charcas progresivas con “Dance Of Death”, en “A Matter Of Life And Death” se mete de lleno en el agua. Sin duda este álbum es tan arriesgado como su título marca, una cuestión de vida o muerte. Será odiado o venerado, pocas opciones veo al término medio o a la indiferencia, en un álbum recomendable para los muy fans de la banda, que hayan seguido su evolución desde el inicio y no renieguen de “Dance Of Death” (o en general de su sonido post-Birch). Yo me apunto ya mismo a la veneración, a la que gustosamente acudiré una vez salga de mi asombro en futuras escuchas.
En cuanto a los temas, de momento no podemos comentar más que cuatro canciones al detalle (por eso no he citado prácticamente títulos en esta pre-crónica del álbum). Ahí van las elegidas:
“Different Worlds”: Realmente es un mundo diferente del resto del disco, es la llave de entrada a un álbum al que casi no representa. El motivo de su elección como canción de apertura (y uno de los nominados a ser primer single) es claro, pues es el tema más corto de “A Matter Of Life And Death”, con poco más de cuatro minutos, y el que lo abre de manera más fresca y más accesible al oyente tanto habitual como neófito. También es el que más sencillamente puede sonar en emisoras de radio. Hit rápido, de riffs potentes y guitarras dobladas características, “Different Worlds” tiene un sonido y estilo similar al que podríamos encontrar en las canciones más movidas de “Brave New World”. De hecho tanto estructura como estribillo recuerdan mucho a la canción que le daba título. Como curiosidad presenta un estribillo un poco “happy”, no muy común en la doncella, que contrasta con la sobriedad de gran parte del álbum. Atención a la actuación de Bruce Dickinson a la voz, inmenso.
“The Longest Day”: Épica, como la mayoría del álbum, rememora el desembarco de Normandía (por lo que me pareció desprender la letra, hablando de playa y sangre). Empieza con el típico sonido de guitarras cabalgantes de Maiden, que junto a un bajo repetitivo y envuelto de un cautivado aire atmosférico bien recuerda los momentos de tensión previos al ataque. El desembarco parece hacerse efectivo en un estribillo pegadizo, que seguro será muy cantado en directo, donde Bruce Dickinson vuelve a estar insuperable. Como es de rigor en todo el álbum, el tema vuelve a dar cabida a un largo instante instrumental, de toques progresivos y corte melódico. Canción a medio tiempo y majestuosa.
“Out Of The Shadows”: Sin lugar a dudas la canción de Iron Maiden en la que más se nota la influencia de Bruce Dickinson. No en balde él es el principal compositor del tema. Engaña al inicio, pues promete ser muy potente a riffazo limpio, pero acaba derivando en una balada, donde volvemos a descubrir a un Dickinson de registros inéditos, como mínimo en un álbum de la bestia. Contento y orgulloso se debe sentir Bruce de haber podido colar en el disco un tema más en la estela de su trabajo en solitario que en lo que se espera de un disco de Maiden. Similar, muy similar a “Tears Of The Dragon”. También se nota su carácter más experimental, demostrando gran originalidad y de nuevo volviendo a sorprender en juegos de guitarras que nunca habíamos escuchado al triplete actual (ni a los duetos anteriores), impresionantes como trasfondo en el estribillo final del tema.
“The Reincarnation Of Benjamin Breeg”: Acertado (casi con toda seguridad, a la espera de confirmación oficial de EMI) primer single del álbum, quecomo he comentado anteriormente es el único tema en el que Dave Murray ha participado en la composición. Con uno de los inicios más atmosféricos y lentos de la historia del grupo, “The Reincarnation Of Benjamin Bregg” es una contraposición de lo más oscuro e incluso decadente del grupo con los riffs más contundentes del álbum. Es este contraste el que le da magia a un tema de coros perfectos, sensibles y que ponen el pelo de punta. Un tema que destaca por la ambientación lograda, un excepcional viaje musical, capitaneado por el piloto Bruce Dickinson y sus experimentos a la voz. Imaginaros una montaña rusa de subidas y bajadas espectaculares, que en sus tramos medios pasa por un oscuro túnel descendiendo la velocidad hasta casi frenar, para pasar de 0 a 100 de nuevo al ver la luz. Esa sería una metáfora acertada para definir “The Reincarnation Of Benjamin Breeg”. En sus más de 7 minutos también hay lugar para los medios tiempos, para los riffs “a caballo”, y para el disfrute de las guitarras dobladas marca de la casa en los interludios instrumentales.
En una crítica posterior completaré la crónica con los temas restantes. Aunque el álbum merece más de una escucha para su asimilación, mi primera impresión es muy positiva, alentadora y aún sigo sorprendido por el riesgo que la banda ha decidido tomar. Eso sí, el que subscribe es el socio No. 14829 del Iron Maiden Fan Club.
Tras la escucha del álbum empezaron a llegar (con la calma) sus protagonistas a la casa, quienes se situaron en grupos en las distintas estancias del piso superior. Los grupos de entrevistados fueron, y como no podía ser de otra manera: Bruce Dickinson solo, Steve Harris solo, Dave Murray y Adrian Smith juntos y para acabar la pareja Janick Gers/Nicko McBrain. Un servidor tuvo el gusto, placer y privilegio de entrevistar a Steve Harris por un lado y a Dave y Adrian por otro.
El contenido de dichas entrevistas, las podremos publicar el 1 de Agosto. Hasta entonces, Up The Irons!
Hèctor Prat